Me despedí de Kumamoto temprano por la mañana y cogí el bus en dirección Takamori y Takachiho. El plan era pasar el día en Takamori y luego coger el segundo y último bus del día e ir a dormir en Takachiho.
Desafortunadamente estaba lloviendo bastante fuerte y mis zapatos no estaban hechos para aguantar tanto agua. ¡La verdad es que no tenía muchas ganas de estar seis horas caminando bajo la lluvia con mi mochila a cuestas! Decidí por lo tanto continuar sentada en el bus y fui directamente hasta Takachiho.
Pero mi decepción desaparició completamente cuando por fin llegué a mi destino… ¡Takachiho es tan bonito! Dejé mi mochila en mi minshuku, donde dormiría dos noches, y empezé mi visita en seguida aunque todavía llovía. Las montañas estaban cubiertas de niebla y los otros turistas estaban escondidos, así que fue un día muy tranquilo.
Conocía un restaurante que quería probar así que es donde me dirigía. ¡Pronto me encontraba encima del valle con unas vistas magníficas!
Cuando finalmente llegué al restaurante me dijeron que ya no estaban sirviendo, ya habían cerrado, así que me fui a buscar comida al otro lado del cañón. La suerte no estaba de mi lado ese día, pero todo era tan bonito que no me puedo quejar.
Takachiho es famosa por su cañón, donde visitantes pueden alquilar barcas y hacer un paseo por el río debajo de las cascadas. Es una imagen muy pintoresca que seguro que veréis en fotos si planeéis un viaje a Kyushu.
El restaurante donde finalmente pude comer, en la foto de arriba, servía “nagashi somen” o “fideos voladores”. El restaurante tiene un palo de bambú largo, cortada por la mitad, con agua bajando rápidamente desde una punta a la otra. Los amos del restaurante dejarán los fideos en una punta y bajaran corriendo con el agua. ¡Tenemos que intentar coger los fideos cuando pasen por delante nuestro y no dejar que se escapen! Es muy divertido probarlo y, no os preocupéis, los fideos que se os hayan escapado os los devolverán en un bol más tarde.
Esta es la pinta que tiene el restaurante:
Por desgracia no tengo suficiente habilidad con los palillos como para coger los fideos y hacer fotos a la vez, así que le pregunté a la pareja delante mío si podía hacer algunas fotos de su intento.
En la cesta blanca hay los fideos que no conseguí coger… y un menú para después del juego.
También tenían dango calientes que yo estaba encantada de probar.
Después de unas horas alrededor del cañón, empezaba a hacer demasiado frío como para quedarse afuera, así que volví a mi alojamiento. Era un minshuku simple, manejada por una pareja, pero acogedor.
¡Y las vistas eran increíbles!
Acabé el día con una visita al santuario de Takachiho. Cada noche hacen actuaciones kagura, un tipo específico de danza folklórica japonesa dedicada a los dioses. Los bailes kagura, se dice ser, fueron el primer baile japonés inventado y nació aquí en Takachiho en una cueva que visité el día siguiente.
Yo ya he visto bastantes bailes kagura por mis viajes a Japón, y disfruté más de otros en Hiroshima y Shimane, pero si es vuestra primera vez viendo algo así seguro que lo disfrutaréis.
Empezó a llover otra vez cuando dejé el santuario, así que me alegré de llegar otra vez a mi habitación, preparada para despertarme temprano el día siguiente. Pronto escribiré sobre mi segundo día! El tiempo era mucho mejor y pude ver muchas cosas interesantes.
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